domingo, 29 de junio de 2014

Las direcciones


Yo me iba ya para casa pero me hiciste salir algo antes de la biblioteca. Tú estabas ya tumbado y te hice salir. Yo salía de algo pero no me daba miedo meterme de nuevo. Tú no ibas para ninguna parte, y eso te parecía ya un buen lugar. Mis rutinas no existían, las empecé a marcar contigo y tus miedos a la vez aumentaron. Dicen que las mujeres somos de Venus y los hombres de Marte pero yo creo que en esos momentos me encontraba cerca de lo que parecía Saturno. Luego ya fue todo ir y venir y con quedar partirse pero de la risa y del miedo y del vértigo. De yo seguirte y tu frenar, de luego darme cuerda y yo no saber bien que hacer. De golpe pareció que íbamos para el mismo lado. Y ahora ya no hay ni yo ni tú, ahora es algo en la misma dirección.

lunes, 16 de junio de 2014

Todo lo que tengo encima de la mesa

Una cuchara de ayer. Aún tiene restos de yogur.
Once libros, algunos leídos y otros que no. He compartido tanto con ellos que me da pena guardarlos.
Una máquina de hacer agujeros, para no estar indefensa.
Bolígrafos que no van.
Rotuladores que no pintan.
Y tantas otras cosas, que la mesa del peso se va doblando.
Pero tampoco quiere que la recoja.
Mi mesa bipolar ayer se partió. 
En su entierro hemos ido la cuchara, los libros, la máquina de hacer agujeros, los bolígrafos y los rotuladores y obviamente yo. 
Mi mesa bipolar se merecía unas palabras. 
Le leí mi trabajo de Tarkovski.

domingo, 1 de junio de 2014

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Los cuerpos vinieron vacíos y secos. Las almas los mojaron. Los miembros entumecidos se partían de risa cada vez que el frío venía, y se quedaba.
Suerte del calor ese que pasaba por debajo de las sábanas.
Te habías dejado la vida encendida.