hasta los inquebrantables
a veces
se rompen
y yo solía
perder el tiempo
en todo aquello inútil
y bonito
¿no sabéis por cierto,
que la tristeza
ensancha el arte?
pero me rompías cada vez
que de mi arte
hacías vacíos
y esos ni se rompían
ni se palpaban
eran daños
inquebrantables
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