sábado, 27 de diciembre de 2014

Anaranjamiento

Últimamente todo va así, de llorar mares y que se te queden dentro. Mi pecho ya no puede amortiguar más golpes y parece que todos los rincones se han vuelto ya acuíferos. Me desplazo yo sola y me quedo escuchando, como si nada fuera conmigo, como si esperara que alguna de las veces que se repite mi nombre sonara diferente. Pero la verdad es que no, que la ansiedad esta que me está comiendo es cada vez más amarillenta, más anaranjada, y mi amiga asigna el naranja a aquellas cosas que no son buenas. 


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