Matarse, verbo reflexivo del infinitivo matar.
Como de infinito fue el disparo de tus ojos en mi nuca
mientras bailaba, mientras seguía,
el rastro de tus últimos alientos que iban a ser callados sin cesar.
Matarse, verbo reflexivo que implica a la par.
A la parte que muere mientras el verdugo mata
y revive para volver a besar siendo ambos casos reflejos de suerte
entre nombres y muerte sin previo reflexionar.
Mátame,
en el sentido que quieras,
pero mátame.
(Luego volveré yo más fuerte que nunca y podré decir que de matar nunca muere nadie.)
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