sábado, 23 de agosto de 2014

Has entrado tanto en mí que me has cosido un traje con tu tacto. Tanto, tanto, que activas mis funciones. De esos que la cremallera te cierra la respiración y de los que las mangas te quedan un poco cortas. Un traje a medida de los que da miedo ponerse; por si se descosen, por si la cremallera luego no baja, por si respirar se te olvida. 
En verdad es de esos que encaja como un guante, de los de tela suave y calentita, de los que no pasan de moda.
Seria imposible ahogarse con ese traje.
Hasta sirve para dentro del agua.

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